15/01/2020
El 15 de enero de 1932 se permitió la creación de la Asociación de Instructores de Escuela Primaria, espacio que nacía para convertirse en punto de encuentro de todos aquellos que cumplían funciones docentes en las escuelas primarias de la Venezuela gomecista. Al iniciarse la tímida transición a lo que podía entenderse como democracia en 1936, el gobierno de López Contreras aprobó su paso a sindicato y, en adelante, se comenzó a conocer como Federación Venezolana de Maestros.
Echamos este cuento porque a veces se nos olvida de donde venimos, lo logrado, lo alcanzado, lo dejado pendiente y, también, lo no hecho. Este 15 de enero no es un día de celebración como la Nación así lo quisiera. Es un día de conmemoración. Conmemoración a los civiles que fundaron esta República -incompleta y poco armada, pero nuestra- quienes asumieron a la educación popular como la base de civilidad. A próceres del intelecto como nuestro Andrés Bello, José María Vargas, Cecilio Acosta, Agustín Aveledo y otros tantos venezolanos de bien pensar y bien hacer, que estuvieron claros siempre: sólo con una escuela obligatoria y abierta todo el pueblo el ser venezolano no se perderá nunca.
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